Nunca lo he sabido
exactamente, y creo que nunca lo sabré. Supongo que soy esa chica normal, del
montón, como todas las demás que no son especiales. La que se ríe por tonterías
y no puede dejar de hacerlo. La que se acuerda de los chistes mas malos que le
hayan contado y una sonrisa aparece en sus labios. La que piensa en un amor del
pasado y se entristece en el mismo segundo en el que su cara aparece en su
mente. Supongo que soy la chica mas rara del planeta. Tengo mis peluches desde
hace años, y todavía recuerdo sus nombres.
Conservo pósters
de cuando estaba enamorada de todos los actores que veía en las revistas.
Todavía sonrío al pensar en mi amor de la infancia, ese con el que jugaba en
los columpios y al que daba siempre mis galletas de chocolate en la merienda.
¡Y aún echo de menos a mi amigo imaginario! Pero también me importa el
presente, y eso me hace mucho mas común. Me preocupa el futuro y recuerdo
demasiado el pasado. Eso es. Soy una chica cualquiera, como la mayoría de las
que te encuentras cuando andas por la calle. Me deprimo con facilidad, y
también soy feliz con la misma rapidez.
Cambio de opinión cuando cambia el tiempo, y soy bastante
inestable en mis decisiones. Me arrepiento de muchas de mis acciones, aunque en
ese momento me hicieran feliz. Soy la misma chica que se mira al espejo cientos
de veces al día para verse siempre distinta.
Soy yo, una chica cualquiera, del montón, común y muy normal,
pero eso me hace especial; porque ser una persona cualquiera no lo es todo el
mundo.
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